miércoles, 8 de abril de 2015

JACKSON POLLOCK



Mis pinturas no vienen de un caballete. Prefiero fijar el lienzo nuevo a una pared o en el suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo me siento más tranquilo. Me siento más cerca, más parte de la pintura, ya que de esta manera puedo caminar alrededor de ella, trabajar desde cuatro lados y literalmente "estar" en la pintura.



Continúo alejándome de las herramientas tradicionales de los pintores como los caballetes, las paletas y pinceles, etc. Prefiero varitas, palas de jardinero, cuchillos y pintura diluida o impasto con arena, vidiros rotos o cualquier otro material añadido.

Cuando estoy "dentro" de mi pintura, no soy consciente de lo que estoy haciendo. Tan solo después de un periodo de "aclimatación" me doy cuenta de lo que ha pasado. No tengo miedo a hacer cambios, destruir la imagen, etc., porque la pintura tiene vida propia. Intento dejarla salir. Es sólo cuando pierdo contacto con la pintura cuando el resultado es un desastre. De lo contrario es armonía pura, un sencillo dar y recibir, y la pintura resulta bien.

Pollock (1956)



Cuando yo hice mi Pollock sentí exactamente lo mismo que lo que él expresó en las líneas anteriores. Me sentí cómoda en el sueño, libre de todos los instrumentos clásicos con los que "debemos" pintar. Podía moverme para el lugar de la pintura que yo quisiera sin preocuparme por la dirección, la lógica, la monotonía. Sin duda fue una experiencia muy linda. Me divertí, me desestresé y poco de tanta tarea, simplemente se me olvidó todo por un momento. En ese momento sólo éramos la pintura y yo y en el fondo las risas de mis papás como diciendo ¿y ésta loca qué hace? Me dejó de importar todo y el final ellos terminaron ayudándome. Ojalá hubiera más profesores que nos dejaran hacer este tipo de actividades.

Aquí dejo mi video (sólo viene el principio porque tuve un problema al cargar lo que demás).




Aquí el resultado final:


Y así terminé yo (jajaja): 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario